Francia es uno de los destinos más demandados por las familias para planificar sus vacaciones, o por las personas que viajen solas creando un buen paraje para despejar la mente y relajarse. La capital, París, sigue nombrándose como uno de los lugares de viaje clásicos que hay que visitar al menos una vez en la vida, aunque ahora y más que nunca se imponen las visitas a pueblos como “Ars-en-Ré”, “Barfleur” o “Yvoire”.
En el pueblo de “Ars-en-Ré” podrás encontrar una zona costera de viaje, en donde las casas rurales convivirán con las iglesias comunes de pueblo compuestas de campanarios pintados con unos colores de tonos neutros que son la llamada de atención para la ubicación de los barcos, que al vislumbrar estos tonos toman la referencia de vuelta, si te gustan los deportes de vela este será uno de tus lugares preferidos, ¡además de que tendrás la oportunidad de visitar las salinas! Acceder desde París no te llevará más de cinco horas aproximadamente.
A cuatro horas (dependiendo de la ruta que elijas) desde París también podrás llegar a Barfleur, un pueblecito costero, en el que podrás disfrutar de un ambiente calmo y sereno, con unas playas que alternarán los arenales con superficies de rocas. Yvoire será un destino que tendrás cerca a seis horas de París. Sus lagos y castillos harán que te sientas en un paraje de ensueño.
Desde Francia podrás llegar hasta Italia, concretamente desde París a Roma, con un promedio de 13 horas de viaje utilizadas. Deléitate con un recorrido a través del interior de Francia, cruzando la frontera de Italia y pasando por el destino costero de Genova hasta llegar a tu ruta final. Ya en Roma, podrás pedir un deseo en la “Fontana de Trevi”, admirando una de las arquitecturas más bellas del país. Maravillarte con el Coliseo y el Foro romano avivará tus ganas de convertirte en un filósofo y actor/actriz por unas horas, aprendiendo todos los modelos de la cultura y la arquitectura romana.
