Quien quiera disfrutar de una Semana Santa al sol, Porto de Galinhas, en Brasil, es una opción perfecta. Traducido como «puerto de gallinas», la denominación hace referencia al contrabando de esclavos que se producía en este punto de Brasil en el siglo XVIII: los esclavos, encerrados en jaulas de gallinas, llegaban así a puerto para evitar que las autoridades se diesen cuenta de este ilícito comercio.
Porto de Galinhas está situado en el estado de Pernambuco, provincia de Ipojuca. La ahora ciudad fue una antigua aldea de pescadores que ha desarrollado el turismo gracias, entre otras cosas, a los 18 kilómetros de bellas y perfectas playas: un atractivo indudable para el turismo, que visitan la playa de Muro Alto para nadar, la de Maraipe para hacer surf y la de Cupé para quien quiera un alojamiento a pie de playa, ya que la mayoría de los hoteles se encuentran aquí.
Pero no sólo de playa se puede disfrutar en Porto de Galinhas: hay actividades interesantes, como los paseos en jangada (taxi marino) por las piscinas naturales, una visita al Pontal de Maracaipe, donde se crían hipocampos o un recorrido en buggy (transporte a motor especial para ir por la arena) por las mencionadas playas de Muro Alto. Y, por supuesto, probar la riquísima gastronomía local, basada en frutos del mar y carne seca.
