Cuando escuchamos hablar acerca del carnaval no es extraño que nos vengan a la mente:
- imágenes de hermosas mujeres con la piel morena y vestidos minúsculos llenos de brillo y color,
- además de música estridente y bailes sensuales que atraen todos los años a millones de curiosos.
- Carrozas llenas de luces y escuelas de samba coronan una de las actividades que pueden ser sin duda patrimonio cultural de la humanidad:
el Carnaval de Río de Janeiro.
A pesar de ser una fiesta con origen pagano, muchas personas religiosas celebran este evento como parte de la liturgia festiva del catolicismo, por lo que cuenta con el beneplácito de algunos de los grupos más influyentes de dicha religión.
Muchos jóvenes han salido de la ruina y la miseria gracias a las escuelas de samba, que se han convertido en ocasiones en refugio para desintoxicar y dar un sentido a la vida de personas sumidas en la pobreza de los barrios más humildes de la ciudad. Todos los participantes de las escuelas de samba ensayan durante todo el año horas y horas todos los días para conseguir la perfección en los bailes a ritmo de la música con la que se presentarán al concurso del año en curso. Estas escuelas presentarán sus trabajos en el sambódromo, un recinto cerrado con cabida para miles de personas donde los aspirantes ofrecen sus bailes y músicas con la esperanza de ser elegidos como la mejor escuela de samba del año, un galardón que todos sueñan con conseguir.
Música, baile, luz y color. Comida, bebida y juerga son algunas de las otras cosas que hay en el Carnaval de Río de Janeiro y ante todo, esta se trata de una fiesta a nivel internacional, y recomendada su visita.
Y es que Rio de Janeiro siempre brillará por sus carnavales y sus playas.
