La misteriosa Ciudad de Edimburgo

Una ciudad con dos personalidades se extiende por siete colinas que históricamente sirvieron de fortaleza y que hoy hacen de ella una ciudad diferente. Edimburgo, capital de Escocia, tiene todos los ingredientes para disfrutar de una escapada de un par de días monumentos históricos, calles con sabor wishky y callejones y pasadizos con misteriosas historias sobre fantasmas dignas de conocer por los más curiosos.

Edimburgo es una ciudad pequeña, que dividida en dos, Old Town y New Town, y por ello, se puede conocer lo imprescindible en pocos días y a buen precio. Además, la mayoría de compañías aéreas de bajo coste tienen vuelos diarios muy asequibles.

El alojamiento es otro de los puntos que hay que considerar a la hora de ahorrar en un viaje y desde luego esta es una ciudad que te permite hacerlo. Y es que se pueden encontrar hostales en Edimburgo hasta por 10 euros la noche. Aunque entre 12 y 15 euros hay una gran variedad y estos incluyen desayuno.

Se puede comenzar la visita por el Old Town ya que reúne un gran número de monumentos importantes así como el sabor más característico y tradicional escocés.

Con calles estrechas y empedradas se llega hasta el Castillo de Edimburgo. Éste, construido sobre un volcán extinguido, ha sido la fortaleza que protegía la ciudad desde el SXI y ahora, es un impresionante mirador desde el que observar las grandes posibilidades que tiene esta ciudad.

Y una vez allí, además del paisaje, se puede observar el disparo de uno de los cañones a la una del medio día. Esta curiosa tradición que se lleva a cabo cada día, excepto los domingos, desde hace casi 150 años permitía conocer la hora a los marineros que se encontraban en los alrededores de la ciudad y, en la actualidad, se ha convertido en un reclamo turístico.

Precisamente desde el Castillo parte la Royal Mile o Milla Real que es la arteria principal del Old Town, donde se encuentra el casco histórico de la ciudad. A lo largo de esta milla real se pueden observar algunos de los típicos barrios edimburgueses. Lleno de comercios y restaurantes es una buena zona para comer de forma asequible comida típica como las fish and chips.

En medio del paseo por la milla real se encuentra la Catedral de St. Giles, de entrada gratuita, dispone de unas hermosas vidrieras y una preciosa capilla. Además, forma parte de la historia del país por ser donde John Knox emprendió la reforma escocesa convirtiéndose en el primer pastor protestante de la catedral.

Precisamente al final de la Royal Mile se encuentra el Palacio de Holyroodhouse. Residencia en Escocia de la familia Real inglesa concentra en su interior un gran número de habitaciones, pasadizos secretos y sótanos, que se pueden visitar cuando no está ocupado por ningún miembro de la realeza.

También en el Old Town se puede pasear por los numerosos callejones y perderse mientras se visitan las tiendas, restaurantes y casas que hay escondidas en estos peculiares barrios dentro del centro histórico. Pero sin duda, para realizar una verdadera inmersión en el casco antiguo y sus misterios merece la pena recorrer alguno de los muchos pasadizos que recorren el subsuelo edimburgués. Y es que se pueden visitar algunos de los pasadizos en los que vivieron hace siglos personas que según cuentan, se manifiestan en forma de fantasmas una vez que estás dentro de los oscuros pasadizos, y es muy recomendable para los más valientes.

Los que no lo sean tanto pueden acercarse al puerto de Leith donde se encuentra atracado el barco Britania. Éste ha sido utilizado por la familia real británica durante 44 años para sus desplazamientos por mar y en la actualidad se pueden visitar las habitaciones de su interior e imaginar cómo era la vida en el mar de la realeza.

Por otra parte, el New Town es un claro ejemplo del urbanismo neoclásico europeo y en él se ve la influencia de la arquitectura georgiana. Para conocerlo es necesario pasearse por las tres calles principales, que son las paralelas Princess Street, George Street y Queen Street, que concentran la mayor parte de la vida social y económica de la ciudad.

También se pueden visitar la National Gallery of Scotland que dispone de más de 30.000 obras que van desde el principio del Renacimiento hasta el SXIX. Otro de sus museos más conocidos es el National Museum of Scotland anteriormente conocido como Royal Museum, reúne una gran colección de arqueología, ciencias naturales, tecnología y arte.

Y no hay mejor manera de concluir una escapada a la Atenas del Norte, que acercándose a Calton Hill para admirar desde las alturas toda la belleza que alberga una ciudad con dos personalidades.

Por: Andrea Sanz

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