Paseando por Praga


Situada a las orillas del río Moldava se encuentra Praga, capital de la República Checa, que encanta con su apariencia medieval y convence con su multitud de ofertas para el viajero.

Conocida por La ciudad de las 100 Torres o La Ciudad Dorada, estos apelativos nos muestran la importancia de la arquitectura de esta capital, por un lado los más de 500 miradores y torres, algunos dorados, y por el otro la leyenda de la existencia de numerosos alquimistas en esta zona, siglos atrás.

Con oro o sin el, esta ciudad es un tesoro, sobre todo para el turista de mochila en espalda debido a su asequibilidad e interés, por no hablar de sus facilidades y es que casi todo el mundo habla inglés y le ayuda con gusto, hecho de agradecer cuando uno se encuentra en tierras extrañas.

Lo primero es dejar el equipaje, hostales en Praga como Arpacay Hostel, Czech Inn o Krakovska nos será bien útiles, céntricos y cómodos, nos dejarán descansar sin tener que desplazarnos notablemente.

Ya con las espaldas descargadas pasear es una de las mejores opciones para la primera toma de contacto con la ciudad, recuerden que el alma de éstas está en sus calles, pero para que no anden en balde les recomendamos los puntos más importantes a ver. Su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad, es un disfrute en todos los sentidos. A pie o en bicicleta podrán ver la mayor fortaleza medieval del mundo, el Castillo de Praga, el arte gótico en todo su esplendor representado en la Catedral de San Vito, el barrio de Mala Strana con sus plazas, iglesias y monumentos, el caótico Ayuntamiento Viejo o el cautivador reloj astronómico, son algunas de las muchas bellezas de la ciudad. Pero sobre todo traten de disfrutar del empedrado, de cada rincón, de cada balcón de las casas, la esencia de Praga esta en esas cosas pequeñas que la hacen especial.

Comprando la Prague Card, que dura unos 4 días y cuesta alrededor de 30 euros, podrán visitar galerías, museos y monumentos además de tener descuentos en algunas cafeterías y restaurantes. Se puede comprar en cualquier punto turístico y viene con una guía que les describe usos y comodidades de la tarjeta

Nadie puede marchar de la ciudad sin probar la cerveza, llamada piva, de sabores excepcionales y con precios muy baratos. Intenten cenar en una cervecería y dispónganse a degustar la bebida, rubia o morena, entre plato y plato, como haría un buen autóctono. Si la cerveza no es de su agrado los cafés están por doquier, con un gusto exquisito en decoración y trato podrán reposar mientras el sentido del gusto trabaja.

Para los amantes de la cultura que tengan un bolsillo menos apretado el Teatro Negro es indispensable. Representación escénica muda (por lo que no se tendrán problemas de idioma) donde la oscuridad y el juego de luces son los protagonistas, se puede ver en otros países pero es originario de Praga, por lo que qué mejor ocasión que esta para disfrutar de un espectáculo así en la ciudad que lo vio nacer. Otras opciones son visitar la Opera estatal o el Teatro Nacional de Marionetas.

Las joyas culturales de Praga son muchas solo hace falta organizarse, calzar un zapato cómodo y disponerse a disfrutar de cada rincón, porqué aquí el refrán se cambia: no ‘solo’ lo que reluce es oro.

Por: Almudena Corral

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