Para los amantes de la naturaleza, el jardín botánico de Valencia será uno de los destinos obligados si se visita la ciudad. Su propósito es estudiar la diversidad vegetal y asegurar la conservación de especies raras o amenazadas.
El jardín se fundó en 1567 como un lugar donde recoger ingredientes para fabricar medicinas y durante más de 200 años estuvo funcionando, aunque se cambiaba constantemente de lugar. En el año 1802 la Universidad de Valencia decidió la que es hoy su ubicación, cerca del convento de San Sebastián. En este lugar estuvo abandonado durante un tiempo, pero a finales del siglo XX la universidad lo volvió a recuperar para utilizarlo en sus investigaciones.
El jardín botánico de Valencia está abierto casi todos los días del año y funciona como un mueo vegetal en el que se pueden encontrar más de 4500 especies distintas de plantas. Uno de los principales atractivos turísticos son las plantas carnívoras o los invernaderos de orquídeas.
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