Praga, una ciudad para dejarse llevar

Si uno quiere viajar en el tiempo Praga es una de esas ciudades que te transporta siglos atrás en el calendario. Lo mejor para disfrutar de esta histórica ciudad es hacerse una ruta clara por los lugares que uno no debe perderse y así aprovechar al máximo la visita en un viaje que resultará económico si aprovechamos los vuelos baratos que llegan hasta el aeropuerto próximo a la ciudad.

La ciudad se divide en dos partes por el río Moldava, (Vltava en checo) que deja a un lado la ciudad vieja, Stare Mesto y a otro el barrio Mala Strana. Merece la pena ir de un barrio a otro cruzando el Puente Carlos, custodiado por 30 estatuas de santos y desde el que se pueden tener una vistas excepcionales y con una perspectiva muy interesante de los diferentes puntos de la ciudad.

El Castillo de Praga, levantado en el siglo IX está situado junto al Mala Strana y forma parte de un conjunto arquitectónico que ningún turista debe perderse si va a Praga y que comprende la Catedral de San Vito, el Callejón del Oro, el antiguo Palacio Real, el Templo de San Jorge  y la torre Negra. Dentro del Mala Strana el visitante puede dejarse llevar por sus calles y hacer un recorrido por la calle Nerudova , un trazado salpicado de palacios e iglesias en los que la jornada puede resultar insuficiente si se quieren admirar con calma.

Cruzando el Puente Carlos uno llega al Staré Mesto donde encontrará el turístico Reloj Astronómico, construido en 1410 y al que con el paso del tiempo se fueron añadiendo otros elementos como el calendario y esculturas y estaturas móviles. Merece la pena aprovechar la visita a Praga para ver de cerca un reloj en el que además de las horas aparecen representadas las posiciones del sol y la luna, las figuras de los Doce Apóstoles y el delicado trabajo del calendario con los meses del año. En esta zona de la ciudad se encuentra el Barrio Judío donde aún se conservan siete sinagogas, una recomendación si vas a entrar a estos lugares, aprovecha para comprar las entradas de una vez y así te ahorrarás colas y tiempo de espera.

En cuanto a la gastronomía de Praga ofrece una variedad para todos los gustos, pescados, carnes, salsas y postres tradicionales. Recomendable no abandonar la ciudad sin probar el jamón de Praga y su interesante pan con frutos secos.

Lo cierto es que Praga ofrece infinitas posibilidades durante la estancia, hay quien dice que es una ciudad a la que merece la pena volver para apreciar los infinitos rincones que esconde que nos hayamos dejado olvidados en la primera visita a esta ciudad con historia. Por eso, escoger una de esas ofertas de vuelos baratos a Praga nos facilitará mucho las cosas para volver a esta ciudad con encanto.

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