Guajira – Colombia


Hernando Marín: «La Guajira es una dama reclinada,
bañada por las aguas del Caribe inmenso,
y lleva con orgullo en sus entrañas sus riquezas guardadas,
orgullo pa’ mi pueblo…»

Son las 5:30 de la mañana y la tenue luz del nuevo día deja ver la las huellas de un burro en la prolongada llanura de la Alta Guajira. A esa hora José María revisa el horizonte en busca de indicios que le permitan saber como será el estado del tiempo durante las próximas horas. No necesita mucho tiempo para saber que será una jornada en la cual el rey de los astros impondrá su poder sobre la oscuridad y sobre las nubes que a veces opacan su intensidad.

Al otro lado, exactamente en ese punto de la inmensa llanura en donde comienza la mañana, un lienzo de múltiples colores adorna las primeras horas: el rojo intenso se disputa un lugar con las tonalidades áureas de algunas nubes pasajeras que se disputan el aplauso de la naturaleza con el azul celeste del cielo límpido y con el gris claro de la madrugada. Un poco más abajo compite también el verde de los cardones y de los trupillos que aportan además el amarillo pálido de sus generosos frutos.

El viento suave silba y acaricia la cara de José María quien ya no tiene dudas: será un buen día para el pastoreo de los chivos que a esta hora lo llaman con sus voces insistentes desde el corral en donde han pasado la noche. Una mirada final a la distancia le permite ver la línea brumosa en donde el cielo y el mar se funden como uno solo. Los dos galanes, cielo y mar, dominan el arte de la poesía sonora y visual y entre los dos le han compuesto miles de canciones a la tierra y siempre coinciden en el nombre con que titulan a sus versos: Guajira…una dama que inspira sentimientos, amores, ilusiones y ganas de cantarle por siempre al misterio inapreciable de la vida.

Estercilia, quien ha sido por años la compañera de José María y madre de sus tres pequeños hijos, ya ha encendido el fogón en donde hierve un humeante café. La familia se reúne alrededor de las llamas encendidas y comienzan a saborear la bebida en sus pocillos de peltre. El café, cultivado a cientos de kilómetros, tiene sabor a leña, a pueblo, a ranchería. Y les indica que el nuevo día se ha iniciado. Como si hubiera dudas los chivos vuelven a avisar que esperan ansiosamente para recorrer los inmensos lugares por los que caminarán en busca de comida, sombra y agua.

Por el camino ya transitan algunos burros en dirección hacia el molino en donde llenarán las múcuras que ahora están vacías pero pronto rebosarán de agua, sacada de las entrañas de la tierra por la fuerza del viento que es capaz de mover las aspas de los molinos con los cuales La Guajira y los guajiros calmarán la sed y alimentarán sus deseos de vivir como lo han hecho por siglos en esta tierra indómita que les ha pertenecido desde los tiempos de sus mayores.

José María abre la puerta del corral y los chivos salen alegres, corren, retozan y se dirigen en tropel hacia la sabana. Unos minutos después se han internado en el bosque de trupillos en donde estarán hasta bien entrada la tarde cuando regresarán a casa. A esa hora la tarde reinará en por algunas horas y al final estará listo para una de las obras de arte más impresionantes del creador del universo: el atardecer guajiro, cuando el sol descienda por el occidente y las aguas del mar se tinturen de sangre mientras sol deslumbrante pintará cada rincón del cielo con sus pinceladas de azul repleto de vida; amarillo radiante de pujanza y los tonos anaranjados en donde se alberga la esperanza de una sucesión infinita de días.

Pero, mientras la tarde llega, José María deja sus huellas en la arena y posa su mirada en un cardón milenario y en un trupillo que ha sido testigo de las épocas. En su parte alta el cardenal guajiro se expresa con autoridad en un canto que será escuchado en Macuira, en Jepirra y en toda la inmensidad de la península guajira.

Alejandro Rutto Martínez es un presitigioso académico colombiano, autor de varios libros e invitado con frecuencia a seminarios y conferencias sobre desarrollo humano, liderazgo y motivación. Póngase en contacto con él a través de correo electrónico alejandrorutto@gmail.com o visite su página en esta dirección: www.maicaoaldia.blogspot.com

Por: Alejandro Rutto Martínez

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