Playas De Poneloya – Nicaragua

No importa que te amen o te critiquen, te respeten, te honren o te difamen, que te coronen o te crucifiquen; porque la mayor bendición que hay en la existencia es ser tú mismo. Osho

Para quienes le gusta disfrutar las playas y enfrentar sensaciones nuevas que el mar siempre proporciona, hay muchas en este planeta Tierra ubicadas en los países en donde se tienen. Muchas encierran una gran belleza natural, así como resaltadas por quienes las descubren y se encargan de darlas a conocer para que se les disfrute, proporcionándole todas las comodidades requeridas.

Como hay también gobiernos, que se esmeran en publicitarlas en pro del turismo, no solamente para que generen divisas que les favorezca, sino para que realmente sean disfrutadas, aprovechadas en todo su esplendor, en donde al hacerlo siempre quede ese recuerdo de haber estado compartiendo algunos momentos con las aguas de esos mares que le han dado vida.

En lo particular, me ha tocado disfrutar de muchas playas en este planeta Tierra, en diferentes países que he visitado, cada una encierra una particularidad según la percepción, alegría, con que se que se las uso, originado que algunas no se les pueda olvidar, especialmente por lo que aporto en su disfrute, en su momento, en la etapa de nuestra vida,

Tal es el caso de las playas de Poneloya del Océano Pacífico, ubicadas a 20 kilómetros de la tradicional ciudad de León en Nicaragua. Estas playas de naturalezas variadas: algunas son rocosas, otras planas; algunas de oleajes tranquilos y otras muy agitadas; las hay muy populares y frecuentadas, mientras otras aún conservan su paradisíaca virginidad. Tal como nos lo indica y es cierto, vianica.com, es algo común en ellas el color oscuro de la arena, producto de la actividad de la cadena volcánica que atraviesa todo el país, paralela a la costa. ,

Es muy cierto cuando se comenta que es considerada una playa peligrosa si se desconoce, debido a las fuertes corrientes y las rocas que anidan en la zona de baño del mar, separando a modo de frontera natural la playa de las Peñitas; aunque eso no ahuyenta a los sufistas asiduos a esta playa.

Hace muchos años atrás me toco disfrutarla, cuando todavía no eran aprovechada como turismo, simplemente los leoneses eran lo que mas la aprovechaban y mantenían una virginidad natural de su paisaje no alterado por el modernismo. Se caracterizaba por estar poco habitada y uno podía disfrutarla ampliamente.

Sus olas son impresionantes, agitadas, buena para surfiar, pero también peligrosa si se abusa de ellas, por las corrientes fuertes que se dan, propias del Pacifico, sin embargo, bañarse en ellas es algo extraordinario, generan sensaciones de gozo que hace que uno aproveche su tiempo, sintiendo la inmensidad y energía de ese mar que nos la concede.

Tal como algunos han escrito, a ella acuden familiarmente a comer pescado al ajillo y disfrutar de un buen ron flor de caña, bebida típica de los nicaragüenses.

Definitivamente pasar un atardecer en esas playas es algo maravilloso por el paisaje que se presenta y tal como algunos indican es un espectáculo cromático y natural incomparable: el sol, en cuestión de minutos, se hunde bajo el mar y lo tiñe de colores naranjas y morados, dejando la Isla de Juan Venado (área protegida natural a la que se puede acceder en bote) como especial compañera para disfrutar de la noche en la playa.

Desde luego, al estar estas playas se debe disfrutar lo que también ofrece la de las Peñitas que para ese entonces era totalmente virgen y se disfrutaba maravillosamente sobre todo porque ofrece diferentes olas en una playa de más de 8 kilómetros de largo que tiene olas todo el tiempo. Se dice que en el tiempo presente, muchos surfistas regresan encantados por la fuerza de las olas de algunos puntos, mientras que otros se relajan en olas pequeñas cuando el sol cae con suavidad. El pueblo de las Peñitas es encantador, un pueblo de pescadores que desde hace muy poco surfear era solo bajar una ola, sin rompimiento o trucos de ningún tipo.

Además de todo lo que se ha dicho de estas playas, no podía faltar la belleza de las mujeres en Nicaragua, para muestra un botón…