Una manera distinta de disfrutar de una ciudad es verla desde más de 1.500 metros de altura.
En 1782 los hermanos Montgolfierd prepararon el primer viaje en globo con pasajeros. No eran humanos, se trataba de un pato y una oveja que volvieron a tierra sanos y salvos. El año siguiente, dos individuos llamados Pilatre de Rosiers y Arlanders fueron las primeras personas que se atrevieron ha realizar la hazaña: recorrieron un kilómetro en 28 minutos.
Ahora, en 2012, es una de las atracciones más demandadas por quienes buscan una manera de conocer sitios nuevos o una experiencia diferente. Así se han multiplicado las empresas españolas que preparan estos particulares viajes en donde no se permiten embarazadas, personas que hace poco hayan sufrido enfermedades u operaciones graves ni niños menores de 8 años. Por lo demás, se invita a cualquiera que no sufra de vértigo a disfrutar de los aires.
En nuestro país se pueden encontrar viajes en globo que sobrevuelen la mayoría de las capitales de provincia: Madrid, Segovia, Barcelona, Córdoba, Alicante, Sevilla, Cádiz, etc. Rondan los 150 euros por persona, los niños suelen ser más baratos, durante entre 1 y 3 horas y se van en grupos que se componen entre 8 y 14 personas. Muchas son las que ofrecen vuelos exclusivos para parejas pero el precio asciende a más de 300 euros cada uno.
Las hay que te regalan un gorro, otras te invitan a desayunar o a un lunch, otras prefieren realizar el reportaje fotográfico y un vídeo para que el usuario pueda recordarlo por mucho tiempo mejor que manteniéndolo sólo en la memoria.
Muchas ofrecen la posibilidad de hacer «viajes de globo de empresas» para sustituir a las tradicionales y aburridas cenas y todas ofrecen la opción de comprar como regalo para otros, dando un ticket que los agraciados podrán canjear a lo largo de todo el año siguiente.
Viajar en globo es, simple y llanamente, viajar, con todo lo que ello conlleva y siendo además de la manera más original.
