Fin de semana largo, 3 días de vacaciones, no queremos hacer un viaje largo. Todo el mundo me pregunta si estuve en Tandil, si fui hace poco, si vi cómo creció la ciudad. Así que armamos las valijas y nos embarcamos en el auto rumbo a las Sierras de Tandil.
Aprovechamos un atajo que nos contó mi viejo y tomamos la Ruta Nacional N°3, pasando por Montes, Las Flores y Rauch. Casualmente, esa noche en Las Flores había un festival de motoqueros y tocaba como cierre Rata Blanca, así que tuvimos el transito un poco lento, pero nos divertimos viendo las Harleys y choperas, pero más viendo a los extravagantes motoqueros con sus cascos, camperas y botas, para todos los gustos.
Ya para al mediodía estábamos llegando a Tandil.
La cabaña era modesta pero, tenía todo lo necesario para nuestra estadía. Mi mujer quedó fascinada con los detalles de la decoración, que la dueña de la cabaña había sabido mantener.
Comimos algo rápido y nos fuimos a recorrer la zona.
Primero los atractivos turísticos clásicos de la Ciudad: La Piedra Movediza y El Centinela (dos formaciones rocosas muy típicas de Tandil) donde sacamos fotos y presenciamos el hermoso paisaje.
Estar en Tandil, es estar en muchos rincones del país, puede ser Córdoba, Mendoza o hasta Bariloche. Sorprenden los paisajes serranos y las llanuras verdes tan cerca de Buenos Aires.
Estos mismos paisajes permiten la realización de actividades de turismo aventura como rapel, escalada o tirolesa (que en otro viaje, sin mi mujer, me dedicaré a realizar).
También es muy atractivo para la práctica del trekking y mountainbike. Repito los paisajes son extraordinarios, quedé muy gratamente impresionado.
Por la noche recorrimos el centro buscando algún lindo restaurant para comer en familia. Encontramos una casa de picadas, que terminó por completar un día de maravillas, muchas cosas caseras, queso, pan, salame y muy rica cerveza.
Al siguiente día, nos dirigimos a la Estancia “Fuente de Alegría”, un lugar nuevo donde se realizaba una feria de Moda y Diseño (para complacer a mi compañera). Quedamos asombrados con la infraestructura y la buena calidad de los productos que se ofrecían. Ya por la tarde fuimos a pasear por el Vía Crucis, un monumental Cristo donde se ve representada todas las estadías que este tuvo que pasar, antes de su Crucifixión.
La ciudad pasa los 120 mil habitantes y por su cercanía con Mar del Plata, tiene mucha actividad. Se ven muchos comercios, tiendas, restaurantes entre otras cosas. Es muy llamativo como todos los tandilenses te cuentan que conoce personalmente con Del Potro, el más reciente ciudadano ilustre de Tandil.
Ya para el último día nos habíamos guardado la visita al Lago del Fuerte un muy lindo lugar para hacer deportes acuáticos como canotaje y kayak. Un lugar apropiado para pasar la tarde.
Pero le había prometido a mi mujer que íbamos a ir a cabalgar, así que nos fuimos de nuevo a las Sierras para terminar el viaje con una cabalgata muy relajante, con unas vistas de película.
Recomendamos para alojarse en esta zona: Cabañas Las Pircas y Cabañas Las Marías.
Para más información ingresa a www.cabaniasargentinas.com
Buena informacion, gracias a todos
Estoy totalmente de acuerdo con tigo, es muy bonita tandil, nunca la he visitado pero algún día lo haré.
Tandil es espectacular…Se rspira vida en todo momnto…Si algun dia tuviese que elegir una ciudad del país para vivir, elegiría esta city serrana…..Todo ok..Visitenla, nosotros vinimos hace 20 años de casualidad y desde ahi es nuestra preferida. Walter , Cuca y los chicos…