Ubicado aproximadamente 150 kilómetros al norte de Puerto Natales, la capital de la provincia de Última Esperanza, el Parque Nacional Torres del Paine forma parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado de Chile. Asimismo, es uno de los espacios naturales más grandes del país trasandino y el tercero en lo que refiere a la cantidad de visitantes, que en su mayoría son extranjeros procedentes de Europa. Tesoro de la Patagonia chilena, también limita con el Parque Nacional Los Glaciares, en Argentina.
Valles, montañas, lagos, ríos y glaciares representan la magia de este sitio, creado el 13 de mayo de 1959 y declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en 1978. Sus principales atractivos son el Cerro Paine; los Cuernos del Paine; el Río Paine; los lagos Grey, Pehoé y Nordenskjöld; y los glaciares Grey y Tyndall, correspondientes a la extensión denominada Campo de Hielo Patagónico Sur.
Técnicamente, las Torres del Paine se describen como un conjunto de grandes bloques de piedra de granito, una roca plutónica conformada por cuarzo, feldespato (minerales componentes de las rocas ígneas, que se establecen a partir del enfriamiento y la solidificación) y mica, otra clase de mineral. A propósito, las tres torres tienen más de 2500 metros de altura.
La zona se encuentra perfectamente acondicionada para el turismo y cuenta con una desarrollada infraestructura con relación a la hotelería y la gastronomía. Tanto en Torres del Paine como en Puerto Natales y Punta Arenas, ciudad del extremo austral chileno que se sitúa a alrededor de 400 kilómetros del parque, los viajeros disponen de una amplia variedad de alojamientos y tipos de cocina.
En tanto, dentro de la gama de excursiones para realizar se destacan circuitos de trekking, rafting y bicicleta, paseos a caballo, escalada en la montaña, recorridos en kayak y pesca con mosca. También existen actividades para los amantes de la vida nocturna. En ese aspecto, la opción ideal es conocer el Casino de Puerto Natales, promocionado como el más austral del mundo. Por último, quienes deseen llevarse algún recuerdo tendrán siempre a mano dónde comprar un bonito souvenir marcado por toques característicos de la región.
Imponente y majestuoso, el Macizo del Paine constituye una genuina obra de arte natural, meticulosamente cincelada por el incansable vigor del hielo glacial.
Fuente www.fotoviaje.net
