Kioto es una de las ciudades más bellas de Japón, y además de sus templos y montañas, cuenta con atractivos increíbles para los amantes de la tranquilidad, la calma y los paisajes e imágenes únicas. Hoy comenzamos nuestro recorrido por el barrio de Sannezaka.
Este barrio es muy peculiar, de día es tremendamente bullicioso, con tiendas, mercados y restaurantes, además de los turistas yendo y viniendo de un lado a otro. Pero al caer la noche, con las farolas clásicas que iluminan las calles, y apenas algunos gatos callejeros maullando, es una oportunidad única para perderte y conocer la magia y el silencio de los barrios tradicionales de Kioto.
El bosque de bambúes
En las afueras del centro de Kioto, como si se tratara de un oasis de paz y tranquilidad entre tanto bullicioso, turistas y actividad, está el bosque de bambú de Arashiyama. Está reconocido como uno de los más bellos de Japón y es visitado diariamente por cientos de personas. La clave aquí, es dejar que el entorno natural haga su magia. Camina en silencio, deja que el viento te rodee y podrás disfrutar de los singulares silbidos y el tintineo entre las cañas de bambú. Una experiencia verdaderamente única que viene a alegrar nuestro paso por un país cargado de cultura, historia y lugares de naturaleza increíble como es Japón.
Las escaleras de Kibune
Ya que estamos en Kioto, podemos hacernos una escapada hasta las localidades rurales de Kurama y Kibune. Las escaleras del templo de Kibune son una excelente alternativa para los que disfrutan pasear, y si podemos hacerlo al atardecer, con las luces iluminando el sendero, estaremos ante una verdadera situación de magia y emoción. Es una especie de viaje en el tiempo en la cual nos deleitaremos con todo lo que las antiguas tradiciones japonesas de edificios religiosos tienen para ofrecer.