El Puente Viejo, Ponte Vecchio en italiano, es un puente medieval de extremada belleza que se encuentra situado el río Arno en Florencia, Italia. Este puente es uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Florencia por su belleza e historia. Es el símbolo del romanticismo que inunda toda la ciudad.
El «Puente Viejo» fue construido en alrededor del año 980 y originariamente era de madera. Tas varias inundaciones y derribos, en 1345 se construyó el puente actual en piedra y está considerado como el más antiguo de toda Europa realizado únicamente con este material. Su diseño se le atribuye al arquitecto y pintor italiano Taddeo Gaddi.
En sus orígenes sus emblemáticas casas colgantes estuvieron ocupadas por carniceros y matarifes pero, cuando la corte se mudó al Palacio Pitti, Fernando I ordenó cerrar las tiendas por el mal olor. En la actualidad esas tiendas han sido ocupadas por joyeros y orfebres que le dan un encanto especial al puente. Hacia la mitad del puente hay una zona sin tiendas desde dónde se pueden contemplar unas bonitas vistas de la ciudad y una estatua conmemorativa
de un famoso orfebre Florentino Benvenuto Cellini.
De noche el puente cobra una vida especial gracias a una bonita iluminación que enamora a los turistas que visitan la ciudad.
Nuestro consejo de viaje es que cruces con tiempo el Pontevecchio.
Porque el paso por allí no es simplemente un cruce de orilla a orilla del río Arno. Toda una comunidad de artistas, vendedores callejeros, fotógrafos y florentinos apurados se dan cita en un mínimo espacio común.
La ciudad dispone de 6 puentes, pero el Pontevecchio es el más famoso además de ser el más antiguo. Originariamente fue construido en madera por los romanos en el siglo I para unir ambas partes de la ciudad por sector más estrecho del río. Una inundación dio cuenta de él destruyéndolo y en 1348 fue reconstruido por los arquitectos Taddeo Gaddi y Neri Fioravanti.
En la actualidad se paga impuestos por todo, cosa que antiguamente no se hacía, y además, desde finales del siglo XVI se prohibió la venta de alimentos para evitar los olores de las carnicerías y pescaderías que hasta entonces se ubicaban aquí.
Desde entonces y hasta nuestros días, un nuevo gremio se hizo cargo del mercado del ponte: los joyeros.
La estructura del puente es muy peculiar. Los tenderos fueron ampliando sus locales y las construcciones sobresalen sobre el río.
Por encima de las tiendas pasa el Corredor Vasariano construido por el arquitecto Giorgi Vasari por pedido de Cosimo para conectar el Palacio Vecchio con el Palacio Pitti pasando sobre la Galería de los Oficios.
Al final del puente comienza la calle Guicciardini y siguiéndola a la izquierda nos encontramos con la plazoleta y la Iglesia de Santa Felícita.
La zona del Pontevecchio está poblada de museos, galerías de arte, finos restaurantes y algunos de los mejores hoteles de Florencia. Sin embargo, a corta distancia encontraremos opciones de hoteles económicos que nos darán buen servicio a nuestro paso por la capital de la Toscana.