Las Hoces del río Duratón, en Segovia, pueden significar un destino fantástico para los amantes tanto del piragüismo como de la bicicleta o el senderismo. Proclamado como Parque Nacional en 1989, su espectacular cañón, con caídas en vertical de hasta 100 metros, sorprende a cuantos se asoman a los acantilados de la Ermita de San Frutos o eligen observarlo desde la más aislada y fantasmal zona del Monasterio de la Hoz, donde los cuervos y buitres revolotean entre sus ruinas y el ambiente de melancolía parece retrotraernos a épocas pasadas, sacadas de historias como la de ‘El Nombre de la Rosa’.
Literaturas aparte, el Parque de las Hoces del Duratón ofrece un espacio magnífico para los fans del piragüismo y la navegación fluvial. En la Red, diversas webs ponen en bandeja la posibilidad de practicar y aprender piragüismo en unas aguas envueltas en un entorno natural y cultural envidiable. Por regla general, guías profesionales impartirán sobre el terreno clases para aquellos que se enfrentan por primera vez con una piragua. Aunque las aguas del Duratón no son especialmente turbulentas, nociones básicas y un equipamiento de calidad son primordiales para hacer de nuestra excursión por las Hoces del Duratón una jornada feliz e inolvidable. Las excursiones en piragua por las Hoces del Duratón incluyen pausas sobre el agua y en arenales, durante las que el monitor explicará las características geográficas y culturales del entorno.
Para los amantes del cicloturismo o el ciclismo de montaña, las Hoces del Duratón suponen también una alternativa tentadora. Las sendas del Parque de las Hoces del río Duratón suelen combinar un entorno de naturaleza en estado puro con retadoras cuestas y escarpes que pondrán a prueba las habilidades y capacidades físicas de los más osados. Sin embargo, no todo el año es adecuado para visitar el lugar. Entre enero y finales de julio algunas rutas están cortadas para evitar perturbar los hábitos de nidificación de las aves consideradas iconos del parque: los buitres leonados.