Mojácar es una ciudad situada a 90 km de Almería, en Andalucía, con una característica muy peculiar, su cercanía entre una montaña y la playa. Sin lugar a dudas Mojácar es un lugar dónde viajar.
Además, a modo de curiosidad, corre la leyenda de que el famoso Walter Disney realmente no nació en Chicago, sino en Mojácar.
Dejando atrás los cotilleos, os presentamos en primer lugar diversos hoteles en Mojacar, y además algunos lugares que visitar en Mojácar:
En primer lugar, una de las maravillas de Mojácar, sus playas, por lo que os invitamos a realizar la siguiente ruta. Desde la Torre de Macenas, acceder a la cómoda pista de arena, y realizar esta ruta al atardecer, encontrando en el trayecto la alternancia de rocas volcánicas, acantilados, y por supuesto, el mar. Llegaremos a la Playa de Bordenares y desde ella a la Playa del Sombrerico (decorado de muchas películas), para finalizar en la playa del Manacá. Como ya os hemos comentados, disfrutad del paseo al atardecer y veréis maravillas como esta:
Adentrándonos más en la ciudad, debemos darnos unos paseos por sus calles, y llegar al Castillo de Mojácar, un pequeño castillo, con unos alrededores bien cuidados y unas calles preciosas. Quizás poco valorado por sus habitantes desde las últimas reformas, pero seguro bien estimado por turistas como nosotros. Eso sí, nos servirá para realizar algo de ejercicio por las cuestas de la ciudad.
Siguiendo por el centro del pueblo, y cerca de una bonita plaza, encontramos el coqueto ayuntamiendo de Mojácar. Este esta cerca del Castillo Faraónico del que hemos hablado antes, y cuenta con algunos locales cercanos para relajarnos tomando algo. LLegar hasta esta zona no es nada complicado, disfrutando de los rincones del lugar.
Para terminar, una de las cosas más bonitas, una colina cerca de una playa pues por si no lo saben, Mojácar es un pueblecito que está en lo alto de una colina, y es por ello que os recomendamos estén atentos a los miradores de Mojácar. Quizás puedan observar vistas algo secas y un poco tristes por la falta de vegetación, pero solo la altura desde donde se encuentra el pueblo ya lo hace interesante, y más aún si llevas unos prismáticos, pues puedes llegar a mirar el infinito.
