Salzburgo es uno lugar de ensueño, que sigue ocupando los pensamientos mucho tiempo después de que la visita ha terminado. Aquí el casco antiguo peatonal es una delicia, el Hohensalzburg es una gran fortaleza y la Residenz es un suntuoso palacio. En definitiva la suma de todas las experiencias en Salzburgo probablemente superarán con creces las expectativas de un visitante respecto a lo que pensaba encontrar en esta ciudad.
La Ciudad Vieja es encantadora y sus recuerdos sin duda se verán influidos por las maravillosas tiendas, hoteles acogedores y excelentes restaurantes. Salzburgo será todo lo que un visitante siempre soñó, ya que es una ciudad hecha para ser disfrutada, asegurando que hay que pasar allí por lo menos dos días y tres noches.
Situado en el oeste de Austria, cerca de la frontera con Alemania, Salzburgo se sienta a horcajadas del río Salzach, que fluye hacia el norte a través de la ciudad. En la Edad Media, el Salzach, fue una arteria importante del transporte para el envío de sal. El día de hoy el río sigue siendo navegable, pero no es una parte importante de transporte de la región.
Salzburgo ofrece cinco grandes áreas para la exploración: el casco antiguo de Salzburgo, que se extiende desde el noroeste hacia el sureste a lo largo del margen occidental del río Salzbach, los edificios históricos y plazas que rodean el Dom, la catedral de Salzburgo, la cima de la Monchberg, los Jardines de Mirabel y también la residencia donde vivió Mozart y finalmente el Hellbrunn, un palacio de verano de los príncipes que es una atracción que no debe dejar de visitar.
Esta es una ciudad muy bella, y es que su encanto traspasa fronteras, por eso mismo son muchos los visitantes que recibe cada año, ya que cada vez se expande a más personas a lo largo del mundo.
