La ciudad de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, conserva un importante patrimonio histórico y arquitectónico.
Cuenca es conocida, sobre todo, por la armonía entre naturaleza y espacio arquitectónico, de la que dan muestra sus famosas “casas colgantes” por las que recibe el sobrenombre de “La Ciudad Encantada”.
A finales del año 1996, Cuenca fue declarada por la UNESCO Ciudad Patrimonio de la Humanidad, gracias a su magnífica preservación del paisaje urbano original, su fortaleza medieval, su rica arquitectura civil y a esa excepcional fusión de la ciudad con el bellísimo entorno natural en que se enclava.
Realmente, Cuenca son dos ciudades en una: la ciudad alta, la Cuenca monumental; y la ciudad baja, la zona moderna surgida a partir del siglo XIX.
Sus monumentos más representativos son la Catedral de Santa María la Mayor, el Palacio Episcopal, el Convento de San Pablo, la Torre de Mangana y, por supuesto, las Casas Colgantes.
Cuenca posee espacios naturales protegidos, ideales para los que gustan de realizar rutas a través de la naturaleza.
Una buena época del año para viajar a Cuenca es durante la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional. También se puede aprovechar la Fiesta de San Mateo, que se celebra el día 21 de septiembre, y que ha sido declarada de Interés Turístico Regional.
