¿Qué hacer en Zaragoza?
Zaragoza es una ciudad sorprendente, que vive injustamente eclipsada por la popularidad de la cercana Barcelona o el telón de fondo que supone los apenas 150 kilómetros que la separan de los mejores páramos de los Pirineos, cercanía que la conecta con los mejores viajes en tren a Perpiñan, Marsellla, Toulouse… y que por ello bien merece ocuparnos todo un trayecto hacia sus joyas arquitectónicas, sus dinámicos planes y una gastronomía excepcional.
No obstante, precisamente por vivir a la sombra, mayor es la sorpresa cuando emprendemos un viaje a Zaragoza y nos encontramos con una ciudad igualmente clásica y cosmopolita, a orillas de un río, el Ebro, que ha conocido de lo mejor de la cultura e historia española. ¿Qué planes nos esperan en la capital aragonesa?
Image: rumbo.es
Estimúlate en la plaza del Pilar
Zaragoza no defrauda y tiene miles de planes que descubrirte, pero sólo por la imagen que la Plaza del Pilar ofrece en una vista de 360º ya merece la pena el viaje.
En esta inmensa plaza abierta se concentran edificios monumentales tan dispares como la Basílica, imponente y desde donde disfrutar de las mejores vistas en su torre dedicada a San Francisco de Borja, donde se sitúa el ascensor-mirador, la Seo, que pese a quedar en segundo plano sigue manteniendo la magnificencia que le da su título de catedral, el Ayuntamiento, las murallas romanas, la lonja, el monumento a Goya (y su muy recomendable museo) y, por último pero no menos importante, la fuente dedicada a la hispanidad: una original y hermosa alegoría dedicada a Latinoamérica.
Descubre su cara más contemporánea
Después de tanta monumentalidad tallada en piedra, podemos encontrar la otra cara de la moneda zaragozana en lugares como el sorprendente Museo de Arte Contemporáneo Pablo Serrano, cuyo perfil es semejante y muy comparado al de uno de los famosos “Transformers” emergiendo del suelo, o el meandro del Ebro, donde se situó la EXPO 2008, dedicada al agua y donde encontramos desde un completo jardín botánico hasta una playa fluvial, entre modernos edificios que amenizaron el evento y que se han sabido reaprovechar para disfrute de locales y visitantes.
Contempla su pasado histórico en la Aljafería
El pueblo árabe no perdió la ocasión de hacer de este cruce de caminos uno de sus puntos fuertes en la conquista del sur de Europa. Y como testimonio del esplendor de estos años, a los zaragozanos les ha quedado la impagable herencia que es el Palacio de la Aljafería: un recinto amurallado que a modo de otras construcciones típicas del reino de los Taifas como la Alhambra en Granada, combina bellos espacios palaciegos rodeados de jardines y edificios militares que le dan aspecto de inexpugnable.
Tapea por el casco histórico
Ir a la capital de Aragón y no disfrutar plenamente de su gastronomía es casi pecado. Por ello un plan inamovible debe consistir en la noble tradición española del tapeo. Mucho mejor si lo practicamos en la zona denominada “el tubo”: una maraña de callejuelas estrechas donde disfrutar de delicias aragonesas como los arenques picantes, las croquetas, las borrajas, sardinas a la plancha… todo regado con los excelentes vinos de la región.
Recorre el Ebro de principio a fin
Por ultimo no nos debemos olvidar de, junto al Pilar, el gran protagonista de esta singular y bella ciudad: su río.
El que es el cauce fluvial más largo de España, deja en la capital zaragozana una de sus mejores estampas no sólo con la Basílica del Pilar de fondo, sino también con el puente de piedra, la contemporánea torre del Agua, la pasarela del voluntariado y otros lugares de interés que recorrer tanto desde sus ajardinados márgenes, como en kayak sobre sus aguas.